La Tierra es plana, pese a las pruebas de lo contrario
Miles de personas en el mundo creen a pie juntillas que la tierra es plana. No es óbice que la redondez de la tierra esté demostrada desde la antigüedad, sus creencias están fuera del ámbito científico. Desconocen, o no les importa, que Eratóstenes midiera su circunferencia hace dos milenios ni, por supuesto, que dispongamos de fotos sacadas desde el espacio por satélites y naves espaciales, simplemente niegan la validez de las pruebas y de los hechos. Esta forma de pensar y actuar me parecía, hasta ahora, algo propio de personas incapaces de pensar racionalmente, pero nunca imaginé que una corporación de profesionales de la ciencia, en este caso de la geología, se comportara de la misma manera ante la denuncia de plagio en una tesis doctoral cometido por uno de sus asociados. A pesar de las pruebas, el Colegio de Geólogos de España niega su existencia. En ningún momento la asombrosa resolución de la Junta de Gobierno hace referencia a la documentación aportada para contrastar los extensos plagios, simplemente niegan la mayor y archivan el caso como si fuera un tribunal de la Inquisición: resuelve sin motivar, saltándose su propia reglamentación y la normativa sobre la deontología profesional.
La resolución del Colegio de Geólogos de España en la que se decidía archivar el expediente se comunicó con antelación al denunciado, el doctor Roberto Poncela, que inmediatamente lo publicó. Así me enteré del resultado de mi denuncia. Ante este insólito comportamiento me puse en contacto para reclamar información sobre lo aparecido en prensa, me pidieron excusas y me enviaron la Resolución que no difería de la publicada por el doctor Poncela. Recurrí el archivo a la Junta y les señalé las incongruencia de la resolución en en la forma, cómo se habían saltado su propia normativa y la inexplicable carencia de motivación de la resolución. No he obtenido respuesta.
Las pruebas del plagio son tan evidentes como las que demuestran que la Tierra no es plana; solo se pueden ignorar si se defiende a los miembros de la corporación por encima de la verdad y de la deontología profesional. Una manera de actuar que parece heredada de otras épocas.
La obra del geólogo José Manuel Navarro merece el respeto que se ganó como científico, sus aportaciones han sido fundamentales para el conocimiento del devenir geológico y el funcionamiento de los acuíferos de las islas. Esperaba de sus compañeros de profesión algo más que el inexplicado archivo (supongo que por inexplicable) de la denuncia de un plagio evidente.
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